La exposición Carteles de cine que el Museo Escolar de Pusol inauguró en el Centro Cultural Las Clarisas el pasado año, se expone, ahora, en el Centro Comercial L´Aljub. Hasta el próximo 31 de marzo, los/las visitantes pueden disfrutar de una veintena de pasquines de las primeras décadas de siglo XX que pertenecieron, en su mayoría, al Gran Teatro de Elche.

A lo largo de su recorrido, la exposición se divide en apartados temáticos: la evolución del cartelismo en las primeras décadas del siglo XX, el Star System en España, el cartelismo del cine español, etc. Uno de estos apartados se centra en analizar la estética de los carteles del período clásico de Hollywood, en base al género al que pertenecen.

Se ha llevado a cabo un análisis de cada uno de ellos, contrastando su contenido con el del resto de carteles de su género y época. El resultado permite distinguir todos aquellos elementos recurrentes que facilitaban al público identificar el género al que pertenecía la película.  

Uno de estos géneros el Noir, como lo denominaron los franceses en los años sesenta, surge en EE.UU. durante la década de 1930. El género se desarrolló a lo largo de la década, consagrándose como uno de los grandes géneros de los años cuarenta del siglo XX. Son muchos los antecedentes históricos que posibilitaron la aparición del género, pero uno de los más influyentes fue la Primera Guerra Mundial. La visión de la sociedad americana ante la Gran Guerra fue evolucionando paulatinamente, acallando el heroísmo y la exaltación a favor del desencanto. Las secuelas de los veteranos de guerra dificultaron su adaptación a la sociedad, que atravesaba una gran depresión; el desánimo ante la realidad de la situación favoreció el crimen organizado y la violencia en las calles. El cine se hace eco de las consecuencias del desastre, dejando entrever la realidad social a través de los personajes y la trama de la película.

Otro de los antecedentes que influyó, esta vez en la estética del género, es el cine expresionista alemán de la década de 1920. Uno de los ejemplos más claros es la película “M, el vampiro de Dusseldorf” (1931, Fritz Lang). Esta película incluye muchos de los elementos y rasgos que se consideran propios del cine negro, configurando la génesis del género una década antes a su eclosión.

A nivel narrativo, el género basa sus tramas en las novelas hard-boiled o novela negra de la década de 1930. Estas novelas recurrían a tramas lascivas y de gran violencia. El término “novela negra” proviene del color que la editorial francesa Gallimard otorgó a las portadas de sus novelas del mundo del crimen.

La estética del género es muy reconocible, con la utilización de claroscuros muy contrastados. Además, con un uso de composiciones muy estructuradas, con los juegos de luces y sombras, que ya dejaba verse en la década de 1920 en películas como el Gabinete del Doctor Caligari (1920, Robert Wiene).

Muchos de estos rasgos genéricos, pueden encontrarse en el cartel (imagen 1) de la película Jaque al Rey (Sam Wood, 1935) emplazada dentro del género del cine de gansters, antecedente directo del cine negro. La gran figura de la actriz Myrna Loy encabeza el cartel. Su semblante y su indumentaria indican, a priori, al espectador el papel que va a desempeñar a lo largo de la trama. El personaje femenino, del mismo modo que aparece representada en este cartel, suele comportarse con cierta sexualidad (imagen 2), característica que utilizará como arma para entrometerse entre los planes del detective, quien suele aparecer ataviado con una gabardina y un sombrero (imagen 3). La lupa que aparece en el nombre de la actriz aparece rota, indicando que la investigación del detective se verá truncada por el personaje que encarna la actriz. Se produce, por tanto, un contraste entre la sexualidad que la protagonista utiliza como “arma”, con la pistola que suele reservarse al personaje masculino (imagen 4), indicando los roles que encarnan cada uno de ellos. Estos papeles asignados suelen repetirse a lo largo del género, pero no quita a que estos puedan variar. La representación de una escena de acción (imagen 5) es otro recurso que suele repetirse y terminar por remarcar el género del cartel.

La cartelería a día de hoy ha evolucionado gracias al desarrollo del diseño gráfico y la digitalización de las imágenes. La publicidad cuenta con nuevos soportes digitales que relevan al cartel como estrategia de marketing a un plano secundario. Pero muchos de los recursos publicitarios que a día de hoy recurren las distribuidoras, nacen en estos primeros carteles. Carteles de cine es una colección que alberga la esencia de lo que fue el cine a través de estos carteles originales, muchos de ellos correspondientes a películas ya olvidadas. Estos carteles se suman al gran número de fondos conservados por el Museo Escolar de Pusol, cuya totalidad conforma un amplio abanico de piezas que son el reflejo de una sociedad preindustrial.

Estos carteles vistieron las paredes de fachadas y antesalas de cine, y las salas proyectaron las películas a las que representan, y los cinéfilos no podemos evitar sentir nostalgia por aquella época pasada que nunca vivimos.

Autor: Borja Guilló, técnico del Museo Escolar.